sábado, 13 de marzo de 2010

Vivir y morir en Dallas

Charlaine Harris
Punto de lectura. Novela fantástica, 329 páginas

Desde hace un par de años, los vampiros luchan por integrarse a la sociedad estadounidense. Son una minoría con rígidas normas territoriales, que se alimenta de la sangre sintética que han patentado los japoneses, pero cuyo mayor placer sigue siendo combinar sexo y mordiscos, práctica que no está prohibida siempre que sea entre adultos y libremente consentida. Los bares, en especial para turistas, son sus aventuras empresariales favoritas. Hay humanos adictos al sexo vampírico, otros (los drenadores) los cazan para extraerle la sangre y venderla en el mercado negro, y no faltan los fanáticos que explotan el negocio del odio. Como la Hermandad del Sol, secta de Dallas cuyo lema es “saquémosle el ‘no’ a los no muertos“.

Bienvenidos al mundo de Charlaine Harris (1951, Mississippi). Esta dama sureña ha renovado uno de los temas más prolíficos de la literatura fantástica. Su heroína se llama Sookie Stackhouse, una camarera rubia y pechugona del bar Merlotte’s de Bon Temps, un pueblo de mala muerte en el norte de Luisiana. El dueño del negocio es un cambiante; integra la estirpe secreta de los hombres lobo. Por el bosque merodea una asquerosa ménade, es decir una mujer enloquecida por Baco que adora despedazar (literalmente) a los vanidosos. El novio de Sookie es Bill Compton, un vampiro de simpatías demócratas que combatió en la Guerra de Secesión. La chica tiene el don de la telepatía: “ha oído suficientes secretos como para aplastar a un camello”.

La saga Stackhouse ha saltado -¡cómo no!- a la televisión. La exitosa serie de la HBO se titula Trueblood (Sangre verdadera). Vivir y morir en Dallas es el segundo libro de una colección ideal para quien busque un buen entretenimiento con escasas densidades. La señora Harris narra con naturalidad, encanto y sabor local, pero es torpe para construir escenas (excepto la orgía en la cabaña) y los personajes son planos como un dibujito animado. La imaginería, a pesar de todo, resulta fascinante. No salga de noche, amable lector. Las criaturas que hemos desterrado al reino de los mitos y leyendas son reales.
Guillermo Belcore
Esta reseña aparecerá mañana en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa.

Calificación: Buena (por su originalidad)

PD: Guillermo Piro ha escrito un artículo muy interesante sobre Charlaine en el semanario Perfil.

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