sábado, 19 de noviembre de 2011

A vueltas con la cuestión judía

Elisabeth Roudinesco
Anagrama. Ensayo de historia, 319 páginas
"La idiotez es el mal absoluto, el enemigo invencible"
Flaubert

"Dos principios opuestos y destinados a enfrentarse hasta el infinito, hasta que llegue la muerte: una auténtica tragedia que además dará origen a un conflicto sin fin en el que las dos partes enfrentadas -palestinos e israelíes- tendrán sus propias razones, tan legítimas unas como otras, como los griegos y los troyanos en el poema de Homero. Imposible elegir un campo en contra del otro, dado que ninguno de los dos tiene otra opción que vivir con el otro, o morir con el otro".
Elisabeth Roudinesco

La historia contemporánea puede ser leída también como una lucha brutal entre modernidad y atavismo. El primer bando lo integran todas las ideas, pensadores y artefactos universalistas (como la democracia); el segundo, las ideologías y movimientos que colocan el acento en lo particular, los que, en el mejor de los casos, conducen a un callejón sin salida, pero en el peor desembocan en Auschwitz. La universalidad engendra odio y resentimiento; y en el siglo XIX generó el antisemitismo, fuerza oscura y maléfica que es también un asunto del inconciente, establece en este ensayo convincente Elisabeth Roudinesco, psicóloga estructuralista, pensadora notable, portaestandarte de la Ilustración, mujer de juicios libres. Su inteligencia refulge; es notable que la mera sensatez pueda producir tanto placer intelectual.

El libro es una travesía fascinante por casi dos milenios de historia del pensamiento: desde el Concilio de Nicea hasta los inquisidores judíos de hoy. Hace un análisis magistral de lo que realmente pensaban y piensan sobre la cuestión judía personalidades eminentes. Con pruebas en la mano, demuestra que Nietzsche y Marx no fueron antisemitas. Reivindica a Spinoza, Freud, Hanna Arendt y Derrida. Defiende a Jean Genet. Explica a Heidegger y a Jung, sin absolverlos, claro. Hace trizas a la derecha francesa recalcitrante, a Chomsky y a los negacionistas. Precisa términos y rastrea su origen histórico. Y se mete de lleno en el conflicto entre israelíes y palestinos, “hoy el centro de todos los debates entre intelectuales, sean concientes o no”. Opina que Israel debe convertirse en un Estado binacional, laico o igualitario; o se despeñará hacia una teocracia con apartheid. Vemos por estos días, en efecto, que se han cumplido las peores pesadillas de Freud para la Tierra Prometida: judíos racistas y árabes antisemitas se encuentran atrapados en una espiral degradante de venganzas.

Puede sólo reprochársele a Roudinesco un exagerado galocentrismo. Hace que toda la historia de la Humanidad orbite en torno de Francia. Llega a decir que sin el caso Dreyfus y sin Edouard Drumont no hubiera existido el sionismo. Pero es una mácula insignificante que no estropea de ninguna manera el análisis crítico y la imprescindible defensa de la tradición ilustrada. El lector encontrará en este libro -como diría Diderot- precisión en las ideas, exactitud en el razonamiento, rigor en el estilo; en pocas palabras, todo cuanto caracteriza a una sana filosofía. 
Guillermo Belcore
Publicado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa

Calificación: Muy bueno
PD: He vinculado este ensayo esclarecedor con la última novela de Umberto Eco en la columna que escribo para Eterna Cadencia (pinche aquí). Puse el acento en la reivindicación del Héroe de la Ilustración, una necesidad para estos tiempos.

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