domingo, 15 de septiembre de 2013

Rosa candida

Audur Ava Ólafsdóttir


Alfaguara. Novela, 271 páginas. Edición 2013


El amante de los libros de autoayuda (sobre todo el fan de Paulo Coelho) apreciará esta novela multipremiada, encomiada hasta el panegírico en diarios y blogs de Europa, éxito de ventas, de lectura fácil y agradable. Proviene de la remota Islandia, pero carece de exotismo, con la salvedad de unas pinceladas aisladas de paisaje y hábitos culinarios. Se ha destacado la habilidad de la autora para definir lo que sería “un nuevo paradigma masculino”. Para Audur Ólafsdóttir (Reikiavik 1958) el varón del siglo XXI es un buenazo, maduro pero de una forma aniñada, que mantiene a raya las exigencias del cuerpo, no establece ninguna forma de dominio o violencia hacia el otro sexo, busca su sentido de vida a contracorriente de las tendencias dominantes, de preferencia en un proyecto que combine la preservación cultural y ecológica (o bien, como padre). La virilidad ya no se mide por la capacidad de arreglar una avería en la casa o por cualquier otra expresión de machismo rancio.

El libro narra la historia de un muchacho de veintidós años que deja su isla helada para restaurar en un monasterio perdido de Europa central (no se dan precisiones geográficas) un jardín legendario. Trabajando con rosas, desinteresadamente, se encuentra a sí mismo. Deja atrás un padre amantísimo ya anciano, un hermano gemelo autista, el recuerdo de la madre muerta hace poco en un accidente carretero. También abandona a una hija de siete meses, fruto de la inconciencia de una noche, pero no se trata de una canallada pues la madre -con la que no mantiene relación alguna- prefiere estar sola. Arnljotur -así se llama nuestro héroe- traba ligazón con el superior del convento, el padre Tomás, una especie de sabio que descerraja máximas del siguiente calibre: “Hay que mirar a los ojos del sufrimiento para poder sentir empatía con los que sufren”.

Parece que en la atribulada Europa la literatura naif se ha puesto de moda. No, no es una buena noticia. “Es curiosa esa exigencia de que el arte tenga que mostrar la realidad. A mi me parece que ya tenemos suficiente vida cotidiana”, sentencia la señora Ólafsdóttir por boca de unos de sus personajes de plástico. ¡Ah!, es una forma pueril de evasión.

Guillermo Belcore
Publicado hoy en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa

Calificación: Regular


PD: El lector podrá encontrar en Internet decenas de comentarios favorables sobre esta novela. Por ejemplo: http://elblogdejaviersanchez.blogspot.com.ar/2012/11/audur-ava-olafsdottir-rosa-candida.html

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como detalle de edición, me llamó la atención el cuidado puesto en la grafía del autor (con letras ajenas a nuestro alfabeto) en contraposición al error ortográfico del título (falta la tilde en la esdrújula cándida)
Marcos, librero de Rosario

Guiasterion dijo...

Estimado Marcos:

¡Hermosa profesión la suya! Mire, si no entendí mal es candida, sin acento. Una especie de rosa, nos dice la autora. Sigo perplejo por el torrente de elogios que ha recibido esta novela. ¿La leyó?

Gracias por escribir

G.B.