domingo, 1 de diciembre de 2013

Solo

William Boyd

Alfaguara. Novela de aventuras, 333 páginas. Edición 2013



Fue Borges quien notó que dos pasiones antagónicas agitan el alma del ingles: la pasión por la legalidad y la pasión por las aventuras. Naturalmente, ambas se ha manifiestado en la buena literatura de la Gran Bretaña, aunque ahora la primera habría mutado en “pasión por violar la legalidad“. Veamos un caso. Con el beneplácito de los herederos de Sir Ian Fleming, se ha lanzado William Boyd, caballero del Imperio Británico, a correr el albur de revivir al agente secreto 007. Y ha demostrado con la primera entrega de lo que se perfila como una larga saga, que existe todavía espacio para la novela de aventuras en el confuso siglo XXI.

Boyd apostó a una amorosa fidelidad con el original, al punto de que desdeña explorar prometedoras líneas argumentales (¿Por qué no plantear que la CIA trafica con heroína, teme perder lectores estadounidenses?). Su James Bond es un sofisticado sibarita, rompedor de reglas, irresistible para las mujeres hermosas, aficionado a los alcoholes, atormentado con pesadillas, que lee a Graham Greene pero con sentido práctico. Un Phillip Marlowe del espionaje. Más parecido a Roger Moore que a la actual versión psicópata de Dan Craig. Por fortuna, la novela no abruma al lector con mil escenas de acción inverosímiles, el típico vicio hollywoodense. Boyd ejecuta una narración límpida, sin aspavientos ni groserías.


En esta ocasión, M encarga a 007 que ponga fin a una guerra civil en un país del Africa occidental, asentado sobre un lago de petróleo. Si es necesario deber  asesinar a una suerte de Napoleón negro. Bond lo consigue sin esa enormidad, pero al precio de ser cosido a balazos. Se cree traicionado, por lo que en la segunda parte de la novela nuestro héroe viaja a Estados Unidos a cobrar su venganza. Solo. Contra un espantoso villano desfigurado. Llegar al final del libro a nadie le resultará difícil. Se cumplen satisfactoriamente las reglas del entretenimiento.

Guillermo Belcore
Publicado en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa.

Calificación: Bueno

1 comentario:

Marcelo dijo...

Guillermo:

¡Muy bien! Esperaba esta reseña. Ahora estoy leyendo Doctor Sueño a la noche, y El invierno de Frankie Machine de día. Los dos son muy buenos, así que no me queda tiempo para el de Boyd. Tal vez más adelante.

¡Saludos!