sábado, 19 de enero de 2008

Tras la huella de Cristo

Por Kathy Reichs
Del Nuevo Extremo. Novela de 362 páginas

La señora Kathy Reichs es una afamada antropóloga forense. Su trabajo consiste en restablecer la identidad borrada de un cadáver o un esqueleto. Es funcionaria de Carolina del Norte y de la provincia de Quebec en Canadá. Naciones Unidas la ha convocado como testigo experta en los juicios a los carniceros de Ruanda y los
Balcanes. Le ha quedado tiempo para crear un personaje de ficción que es su alter ego. Temperance Brennan protagonizó varias novelas y relumbra ahora en una serie de la Fox, bautizada justamente Bones
(huesos).
El último libro de Reichs pisotea el mismo terreno que
El Código Da Vinci. Se plantea, por enésima vez, un explosivo secreto histórico capaz de hacer tambalear los cimientos de la cristiandad. La doctora, por lo visto, no ha querido desaprovechar el filón. El problema es que su prosa es tan rústica que a su lado Dan Brown parece García Márquez. El lector deberá lidiar con capítulos mal construidos (cortan una conversación por la mitad), diálogos insulsos y un patético intento de remedar a los grandes de la novela negra. Empero, lo que en Chandler era encanto, aquí es un mal gusto que se ejemplifica en la siguiente estrofa: ‘‘la voz era tan tensa como un amarre del Queen Mary’’.
Fiel a una de las premisas de la cultura de masas, la trama puede encerrarse en una frase: ¿Qué pasaría si son hallados los huesos de Jesucristo? El supuesto gatilla muertes misteriosas, una conjura en torno a la épica Masada y una febril cacería arqueológica en Israel. La intriga está bastante bien dosificada y el libro cumple con otro mandato de la literatura de molde: enseñarle algo al lector.
Keich se ha ufanado de irritar con esta obra a los extremistas cristianos, judíos y musulmanes. Triste logro para quien no puede jactarse de una escritura brillante.
Guillermo Belcore

CALIFICACION: Malo

PD: Mi amigo Sergio Crivelli lo tacharía de literatura de supermercado.

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