jueves, 16 de octubre de 2008

Tiempos líquidos

Zygmunt Bauman­

Tusquets. Ensayo de filosofía, 169 páginas. Edición 2008. Precio aproximado: 40 pesos

­ Zygmunt Bauman (Poznan 1925) es el gran teórico del paso de la fase sólida de la modernidad a la fase líquida. No es que antes no se hubieran desmenuzado las incertidumbres de hoy. ¡Claro que sí!, pero el pensador polaco tiene el mérito de haber acuñado una metáfora que atrapa la imaginación. El problema es que se parece a esos productores televisivos que al descubrir una fórmula exitosa la estiran hasta el hartazgo. Llega ahora Tiempos líquidos, que no aportará nada fresco al lector frecuente de Bauman ni se trata de la obra ideal para descubrirlo.­

Bauman medita aquí desde el más rancio eurocentrismo. Considera a la globalización como una fuerza maligna (pregúntele a los chinos o a la indios) que ha debilitado los lazos humanos, fomentado un individualismo depredador (la sociedad de los cazadores) y exterminado la solidaridad. El filósofo, un marxista reciclado, opina que la otra cara de la moneda del triunfo del capitalismo es la producción desaforada de desechos humanos. Los viejos desagües están obstruidos y el exceso de población superflua colapsa las grandes urbes. Los políticos sólo ofrecen pseudosoluciones locales (mano dura) frente a problemas globales. Ya no es posible garantizar la seguridad y la democracia en un solo país.­

El ensayo resulta muy convincente cuando reivindica el estado de bienestar, condena la mixofobia (odio a la mezcla) y explora la matriz demográfica o tecnológica de nuestras desdichas. Pero otras afirmaciones suenan descabelladas. En su afán de ser políticamente correcto, Bauman sostiene muy suelto de cuerpo que “los más horrendos miedos contempor neos provienen de la incertidumbre existencial''. Puede que así sea en el centro de París o Manhattan, pero la frase generaría un coro de carcajadas en el conurbano bonaerense.­
Guillermo Belcore­

Publicado en el suplemento cultural de La Prensa­

­Calificación: Regular

PD: En los recomendados de 2007 se encuentra una obra de Bauman (Vidas de consumo). Creo que hay un abismo infranqueable entre aquella obra y ésta. Todos tenemos nuestros días malos.­

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