lunes, 30 de noviembre de 2009

Pizcas de paraíso

F. Scott y Zelda Fitzgerald
RBA. Colección de cuentos, 399 páginas. Edición: 2009

García Márquez estableció que hay dos tipos de mujeres: las que brillan con luz propia y las que no. Con las escrituras ocurre lo mismo. La de Francis Scott Fitzgerald (1896-1940) resplandece como el sol. Tres duendes cincelaron su prosa: sarcasmo, ingenio y encanto. Por largo tiempo, se lo consideró injustamente como un mero artefacto de la era del Jazz. Hoy, la crítica se ha percatado de que se trata de literatura de altísima calidad, sin sonidos desafinados. En verdad, la delicadeza y elegancia de Scott, obran como bálsamo para el lector actual, tan maltratado por esa mediocracia que proclama a los cuatro vientos que escribir mal o retorcido es motivo de orgullo. Todos las cualidades narrativas de El gran Gatsby dicen presente en esta colección de textos breves. Incluye once relatos que Scott vendió a las mejores revistas y diez cuentos que su esposa Zelda publicó aquí y allá. Fueron -según la afortunada definición del periodista Ring Lardner- “el príncipe y la princesa de su generación”.

La British Encyclopedia destaca la “imaginación intensamente romántica” de Fitzgerald. Hay aquí, en efecto, amor, desengaños y traiciones. Los contrastes (tensiones dirían en Puan) colorean las páginas: americanos vs. europeos; citadinos vs. palurdos del Medio Oeste o el Sur; aristócratas vs. filisteos. El humor inteligente es un personaje usual. La crítica social se deja ver con frecuencia. Los finales suelen ser artificiosamente felices para cumplir con los requisitos del género revisteril.

El volumen contiene pues algunos de los mejores relatos que escribió Norteamerica. En Los nadadores, un virginiano burla a una taimada jovencita de la Provence y a su pelmazo millonario. Otro personaje delicioso es Corcoran, sólo sabe cómo gastar el dinero. En La danza hay racismo a raudales y una noche sureña que se hace añicos. ¡Qué hermosa pareja! desnuda el fracaso matrimonial de Scott y Zelda (las parejas no deben ser competitivas). El último beso es una triste historia de Hollywood.
Guillermo Belcore
Publicado en los suplementos de Cultura de La Prensa y La Capital de Mar del Plata el domingo 30 de noviembre

Calificación: Muy bueno

PD: Scott y Zelda hablan siempre de dinero. Se nota que es un tema que les preocupaba.

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