sábado, 6 de octubre de 2012

Enemigos

Tim Wainer

Debate. Ensayo de historia. Edición 2012



¿Qué sabemos del FBI? La información nos llega filtrada por Hollywood. Tenemos en la mente a ‘Los intocables’, a Mulder y Scully, a Clarice Starling, todos buena gente. Para rebajar nuestra ignorancia, se escriben libros como éste, rebosante de datos. Un periodista del diario The New York Times indagó en unas setenta mil páginas de documentos recientemente desclasificados y realizó más de doscientas entrevistas con el propósito de narrar la monumental historia de la arista más desagradable y peligrosa del Buró Federal de Investigaciones, su carácter de servicio de inteligencia.

La tensión entre libertad y seguridad, o entre interés nacional y libertad de opinión, o entre imperio de la ley y combate del delito es la constante en casi cien años de recorrido. El libro va desde las redadas a escala nacional de anarquistas rojos a principios del siglo XX hasta las redadas, también en los cincuenta estados, de islamistas, ayer nomás. La visión de Tim Weiner es emersoniana. Sostiene que “las instituciones son la sombra alargada de las personalidades”. Hablar del FBI obliga a concentrarse pues en J. Edgar Hoover, esa fascinante estatua salpicada de mugre. Estuvo cuarenta y cuatro años en el cargo, mas que Mao o Stalin. Fue un digno rival de ellos. Un Maquiavelo estadounidense, artífice del Estado democrático vigilante. Estuvo por encima de los poderes presidenciales y creyó que libraba una guerra que estaba en juego el mundo entero. Su mente estrecha (parangonaba homosexualidad con comunismo, es decir con traición a la patria) arruino miles de reputaciones y carreras profesionales, y cientos de vidas. Fue el paladín de la contrarrevolución. Pero también prestó algunos servicios a la causa progresista: entendió cabalmente la naturaleza perversa de la Alemania nazi y de la Rusia soviética y destruyó, a regañadientes, al Klu Klux Klan.

Mentir al FBI se paga con hasta cinco años de prisión. El Buró dejó de ser omnipotente recién en los setenta. Sus rencorosas guerras contra la CIA, el Departamento de Justicia y otras instancias de poder causaron más daños a Estados Unidos que la KGB y Bin Laden juntos. Sufrió devastadoras derrotas con el radicalismo universitario, el espionaje ruso y el extremismo islámico. Es un bastión de los católicos beatos, a pesar de lo cual agentes traidores cambiaron dinero o sexo por secretos de Estado. En cierta forma gobernó la Republica Dominicana durante veintidós años y tumbó a Richard Nixon. No puede compararse, de ninguna manera, con la Gestapo, pero querido lector recuerde siempre que es un error garrafal convertirse en enemigo del FBI.
Guillermo Belcore

Publicado en el Suplemento de Economía del diario La Prensa de este fin de semana, bajó el título: "¿Y qué si es ilegal?

Calificación: Muy bueno


PD: Especialmente perversa fue la guerra que el FBI libró contra Martin Luther King, si bien nada tuvo que ver con su asesinato. Hoover siempre consideró al movimiento en defensa de los derechos civiles de los afroamericanos como parte de la gran conspiración mundial comunista. Así de necio era. Por eso espiaba permanentemente al reverendo King, un héroe de nuestro tiempo aunque aficionado a la promiscuidad sexual (no tiene nada de malo). El FBI llegó a enviarle a la esposa de King grabaciones con las proezas íntimas de su marido con otras mujeres. ¡Cretinos, eso no se hace!

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