domingo, 10 de febrero de 2013

La vida ordenada

Fabio Morábito

Eterna Cadencia. Cuentos, 154 páginas. Edición 2012


“Y cuando la novela despertó, el cuento todavía estaba ahí“. La humorada es de Roberto Bolaño. Refiere, naturalmente, al cuento más corto del mundo (lo escribió Augusto Monterroso) y establece de manera oblicua una verdad histórica: si la novela es un producto relativamente reciente, el relato breve acompaña al hombre prácticamente desde la aparición del habla. Por eso, el cuentista de fuste esta emparentado con el brujo, con el chamán, con el narrador oral de historias. Es más un embaucador que un literato. Fabio Morábito, mexicano de origen italiano pero nacido en Egipto, pertenece a esa estirpe.

En el pulcro, sugerente y sutil Morábito se perciben influencias de Cortazar y de Carver. Hay un elemento misterioso, oscuro, amenazante sobrevolando la trama. Hay un suave suspenso. Una fuerza profunda, irresistible, tiende a perforar la normalidad burguesa; es el deseo sexual en ‘La renta’, donde una pareja con un nene chiquito que busca un departamento para alquilar es arrastrada a una fiesta swinger; y en ‘Las llaves’, donde el adulterio con cuñadas se percibe como un estimulante para sobrellevar la frustración matrimonial. Es la curiosidad malsana en ‘El arreglo’ y ’Flores y frutos’, donde se incluyen tratos excéntricos entre inquilinos y propietarios. Es la infelicidad de una mujer estragada en ‘La caída del árbol‘. Los personajes, que suelen sufrir de mal de ausencias, pugnan -a veces sin saberlo- por dar un giro brusco a sus vidas. El pasado los abruma. “Un poco de desorden, de vez en cuando, hace milagros”, se define.

No es éste el mejor de los tres volúmenes de cuentos que Eterna Cadencia publicó de Fabio Morábito. A quién no lo conozca, se le sugiere comenzar por otro lado. No obstante, quien se haya enamorado del mexicano considerará  ‘La vida ordenada’ absolutamente imprescindible.
Guillermo Belcore

Publicado hoy en el Suplemento de Cultura del diario La Prensa

Calificación: Bueno



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